miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿Por qué no consigo practicar YOGA en casa? 

5 factores que sabotean tu práctica

Es a la vez rotundo y frustrante: si te quedas como estás no avanzas.
Lo vimos claramente en el artículo “La constancia, virtud de yogui” (que te recomiendo leer por si acaso lo pasaste por alto). Somos seres de costumbres que vivimos consciente o inconscientemente en un bucle rutinario y perfeccionado durante años del que es difícil escaparse.

Para lograr un cambio de alto impacto como el de iniciar y consolidar tu práctica de yoga necesitas reinventarte, así de claro, y desterrar todos los mitos que te hacen creer que no es posible.

Exacto. Todo empieza a partir de un cambio de mentalidad.

Expertos como Joe Dispenza en Deja de ser tú o El placebo eres tú (Editorial Urano) afirman que, literalmente, cuando tienes un nuevo pensamiento cambias a nivel neurológico, químico y genético.
Por ello el primer paso es creer que puedes hacerlo, encontrar una motivación real y válida y reforzar cada día ese pensamiento con una acción distinta mientras manejas hábilmente durante un tiempo a todas las excusas, impedimentos y razones que se te ocurran para boicotear tu decisión.
¿Te parece sencillo?

Veamos directamente cuáles son los 5 saboteadores principales.

  1. Repetir patrones de conducta que no te conducen a ningún lado.
Es precisamente lo más importante y todo parte desde aquí. Como decía Einstein “Si quieres resultados distintos no hagas lo mismo de siempre”.
Seguro que lo has intentado un montón de veces, y más pronto que tarde regresas a los mismos hábitos.
De nada sirve decirte mentalmente: “mañana empiezo, el lunes me pongo con ello, de este mes no pasa…” Eso no son decisiones conscientes, son instantes de arrebato que te asaltan en demasiadas ocasiones, que te roban la energía y que te hacen creer que estas en ello para seguir exactamente igual que siempre.
Eso no sirve, no funciona y además inicia un círculo peligroso de autosabotaje y frustración que mina tu autoestima y tu confianza en ti mismo.
  1. Un motivador adecuado
Siéntate tranquilamente y encuentra la verdadera razón por la que quieres conseguir una práctica de yoga regular y sólida.
Seguro que te vienen a la mente afirmaciones típicas como que el yoga es bueno para la salud, que mejora la postura, que te relaja, que te enseña a respirar… y todo eso es cierto, está muy bien. Pero no deja de ser genérico
Hazte preguntas poderosas…¿cuál es tu motivación, la tuya propia, con tus palabras y necesidades?
Ahonda más allá de la típica respuesta automática y encuentra tu motivación personal porque esa es la que tiene fuerza y validez, la razón que te recordarás a ti mismo cada vez que asome la inercia y la desgana
  1. La inercia, no tener un plan…. La sadhana es algo que se busca deliberadamente
La inercia es otro de los saboteadores que no te permite consolidar tu objetivo de bienestar y de práctica.
Dejarlo todo al azar forma parte de no tomar esa decisión consciente que formula un compromiso real contigo mismo. Si no tienes un plan simplemente andarás improvisando con las obligaciones del día, buscando huecos que te vengan bien. Los primeros días puede funcionar pero tarde o temprano la improvisación no es suficiente porque la energía que tienes que gastar para organizarte y lidiar con tus excusas es demasiado grande.
Necesitas sentarte y establecer un plan. Por escrito.
Establece qué días, a qué hora y por cuánto tiempo vas a practicar.
Y necesitas anotarlo en tu agenda o calendario porque lo vas a convertir en tu prioridad.

  1. La inconstancia
Cuando te sientes a escribir y planificar tu práctica sé realista.
Quiero decir que la primera semana no te pongas 6 días de hora y media de yoga y otra media de meditación porque primero, te vas a quemar y segundo, probablemente no lo vas a cumplir o no pases de la segunda semana.
Eso genera inconstancia y frustración.
Busca todo lo contrario: sé constante y regular.
Planifica sesiones periódicas, mismos días a la misma hora y de la misma duración. Te recomiendo empezar por tres días alternos y si los vas cumpliendo y el cuerpo te pide más simplemente ve añadiendo espacios de práctica o alargando tus sesiones.

  1. No rodearte de las condiciones adecuadas (espacio-tiempo)
Por último, dentro de ese deseo errante, presente pero indefinido de iniciar y consolidar tu práctica de yoga, tenemos el factor de los espacios, entornos e interrupciones.
La única manera de que funcione es contar con ellos.
Al principio el hábito es muy voluble e inestable y necesitas que todo juegue a tu favor. De modo que, al tiempo que detallas por escrito tu motivación personal y planificas los días y tiempos que vas a practicar, decide los detalles que rodean la práctica, dónde vas a llevarla a cabo y qué puedes necesitar.
Por supuesto, adelántate a posibles interrupciones. Busca un espacio que te permita estar sólo y tranquilo. Si vas a practicar con videos o no, piensa si necesitas wifi o dispositivo alguno. Apaga las notificaciones del móvil. Ten a mano tu esterilla y tu material por si hace falta.
Todo. Tenlo en cuenta todo. Porque basta una mínimo descuido para que ese día te saltes tu compromiso y entres en el bucle de frustración de nuevo con el pensamiento típico de “por un día no pasa nada”.
No te lo permitas, por lo menos no al principio.

Estos son los grandes saboteadores que yo misma he vivido en mi propia sadhana. Los hemos desgranado un poco pero al final todos parten de la misma raíz: que tu decisión de práctica sea consciente y focalizada.

Ahora es tu turno, cuéntame:
  • ¿has intentado en otras ocasiones tener una práctica de yoga regular y constante?
  • ¿cuál ha sido tu saboteador principal?
  • ¿te has imaginado realmente cómo te sentirías si lo consigues?
  • ¿Qué crees que necesitas para llevarlo a cabo?

Gracias por tus comentarios, un abrazo!

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